Por medio de la meditación, aprendemos a crear un espacio en nuestro interior y una claridad mental que nos permiten controlar nuestra mente sin que nos afecten las circunstancias externas. De manera gradual, adquirimos una estabilidad mental que nos permite estar siempre felices, en lugar de oscilar entre los extremos de la euforia y el desaliento.
Si practicamos la meditación con regularidad, finalmente lograremos eliminar las perturbaciones mentales, la causa de todos nuestros problemas y sufrimientos. De este modo, disfrutaremos de paz interna permanente. A partir de entonces, día y noche, vida tras vida, solo experimentaremos paz y felicidad.
Ven. Gueshe Kelsang Gyatso Rimpoché