- Para el budismo el apego consiste en la creencia, errónea y distorsionada, de que nuestra felicidad depende de un objeto o persona externo a nosotros, que quizá aún no hemos logrado encontrar o retener.
- Por esta razón, con mucha frecuencia nos apegamos a cosas, personas, lugares o situaciones que pensamos que nos van a hacer felices. Esto nos lleva a formas de querer muy egoístas, en las que la otra persona sólo aparece para cumplir una función, hacernos felices. Pero desde una perspectiva espiritual el amor surge del deseo de que las personas que nos rodean sean felices, de la voluntad de ayudar a que la vida de los demás sea un poco mejor.
- Si analizamos con detenimiento por qué tenemos problemas y somos infelices, comprenderemos que esta situación la ha creado nuestro propio apego o deseo incontrolado. Si cada día realizamos con sinceridad la práctica de controlar nuestro apego y egoismo y aumentamos el deseo de que los demás sean felices, descubriremos que no tendremos experiencias de problemas ni de infelicidad.
“Así pues, si realmente deseamos felicidad pura y duradera y liberarnos del sufrimiento, debemos aprender a controlar nuestra mente, en particular el deseo.”
Gueshe Kelsang Gyatso